Theo García Otero es centrocampista nacido en Cádiz y con experiencias únicas en el mundo del fútbol. Para Otero, el deporte siempre ha sido una adrenalina constante ya que desde pequeño ha sido apasionado al fútbol.
Su travesía con el fútbol empezó a una corta edad y hasta hoy en día la misma sigue en pie. A sus 14 años se despide de su pueblo natal para obtener más experiencias en el mundo del fútbol. Su primera representación hacia un equipo fue el Sevilla FC, que representó por 7 años. El fútbol es un juego colectivo y disciplinado, ya que todos tienen que estar en la misma página para dar un juego efectivo y saludable. Por parte de Otero, que es centrocampista, dice que si tuviera una opción de cambiar de posición sería para jugar de delantero, ya que nunca ha tenido la experiencia de anotar un gol.
De igual manera, mencionó que el deporte nos lleva al enfoque de nuestra vida personal. Es una persona muy organizada y ordenada que, en sí, le gusta tener el control de equilibrar el equipo. En base a las experiencias anteriormente mencionadas, Otero vio cómo los mejores años de su vida fueron en Sevilla: “Sí, que es verdad, que son los mejores años de mi vida porque al final estás fuera de casa, vives con tus amigos, entrenas con tus amigos, vas al colegio con tus amigos, con lo cual era como un campamento de verano constante durante todo el año. No tenían la obligación de ganar como al nivel de hoy o de otros años atrás de mi carrera, sino, simplemente de crecimiento a nivel personal y deportivo”. Después de su dedicación al Sevilla, Otero quiso abrir más puertas y representó a equipos como, Cádiz, Puertollano, Orihuela, Eldense, Villarrobledo, San Fernando, Castellón, Arenas Club de Getxo, Sanluqueño y Zamora, equipo en el que milita actualmente. Aparte de todos los equipos que ha representado, Theo Garcia Otero: “Nadie piensa que va a vivir de esto” es una locura como tu vida puede cambiar de un día para otro.
El Zamora es uno de los rivales a batir, ya que es un patrón de historia. El equipo está posicionado en segundo lugar con una puntuación de 29 puntos y el primer lugar está a un solo punto de diferencia, que es el equipo de Ourense. La dinámica de los entrenamientos y partidos son rápidos, ya que juegan semanalmente y no tienen tiempo para lamentarse, ya que deben de estar enfocados para el próximo partido. Sobre la experiencia del partido, el entrenador tiene sus metodologías, logísticas y cómo defenderse del rival. Son importantes para así crear un juego limpio. Otero, cuando está en cancha, es polémico, está consciente y entiende que es solo un partido de 90 minutos. Al fin y al cabo, los jugadores se mueven de equipo constantemente y lo que ocurre es que algún jugador puede ser tu rival un año y el próximo tu compañero: “El Mundo del fútbol es pequeño y todos nos conocemos y si no conoces a uno conoces a otro equipo y hablas, y preguntas. Puedes coincidir en el vestuario en los años siguientes, es decir, con lo cual no tiene sentido más allá de lo que es en el terreno, de cosas…”
Para la temporada pasada, el centrocampista sobrepasó sus límites físicos terminando la temporada con una pubalgia. La recuperación de la lesión le ha durado desde que terminó la temporada anterior hasta ahora, que se lleva recuperando. Para el jugador, es importante representar al equipo con pasión y estar ahí para sus colegas: “Por un lado, yo quería estar, porque yo soy un tío que me gusta estar y encima me siento importante. Quiero estar, y por otro, bueno, pues al final si eres importante, el club quiere que estés también pero siempre la decisión final es mía”. A Otero se le ha hecho un poco complicado volver al ritmo de sus colegas, ya que lleva todo este tiempo recuperándose y su desempeño en la cancha se ha vuelto a ver en los pasados partidos.
Entre los momentos que Otero ha vivido como jugador profesional de fútbol, uno de ellos nunca se le olvidará, ya que ha sido en un partido de la Copa del Rey en el estadio Castalia. Días antes, tuvo la pérdida de su madre y antes de empezar el partido le dedicaron un minuto de silencio con una foto en el marcador de ellos dos. Aparte de la tristeza que Otero llevaba con él, se sintió arropado, puesto que había alrededor de 12 mil personas en el estadio y sentía el apoyo de sus compañeros, rivales, aficionados, etc.
Para las metas personales en el mundo deportivo, Otero está buscando representar a un equipo extranjero y darse la oportunidad de expandirse personalmente y como jugador, ya que le gusta conocer nuevas culturas y tener experiencias inolvidables en las mismas. Además, una de las que no va a poder completar ya por su edad, que tiene 32 años, es la de poder defender la camiseta de un equipo de primera y segunda división. Los momentos que Otero se lleva han sido los pocos amigos leales que uno hace en el deporte en sí. Como en todo deporte, hay mucha envidia y egoísmo de parte de los jugadores. Todos están buscando superarse para llegar más lejos y Otero entiende que por la edad y sus capacidades del fútbol y los jóvenes que empiezan a entrar en el equipo que ya pronto se acerca a una despedida en este deporte, muy amado y cruel a la misma vez.
