La centrocampista de Puerto Rico, Adriana “Tuti” Tirado, inició su trayectoria a sus ocho años y actualmente lleva 17 años dedicada a este deporte, al cual le llama su vida.
Tuti comenzó jugando en el equipo masculino superior de su colegio primario, La Merced, ya que no había equipo femenino. Junto a su entrenador del colegio, Carlos Oñate, tomaron acción sobre el asunto, ya que por reglamentos no se podía tener una fémina en un equipo masculino y menos siendo un equipo superior. Sin embargo, su pasión excedió el reglamento y concedieron dejarla jugar con el equipo.
Después de su inicio en el colegio, se dirigió a su primer club, Pumas de Roosevelt. Aunque del colegio al club no cambió nada, ya que la rama del equipo era mixta y siguió siendo la única fémina. Fue una controversia para Tuti por ser fémina y representar a un equipo masculino, pues recibía comentarios negativos, la confundían con un niño y dudaban de su magnífico talento por ser mujer. Gracias a su primer entrenador, Bartolo, quien le brindó un espacio seguro en el campo, pudo sacar el máximo beneficio para formarse y progresar más rápido con el equipo.
Tuti se especializa como jugadora en medio campo, permitiéndole este puesto anticiparse y tomar mejores decisiones a la hora de proyectar. Para practicar un deporte como este, las jugadoras tienen que ser polivalentes, ya que siempre están en proceso de cambio y adaptación, siendo esencial la comunicación para conseguir ejecutar un partido limpio y efectivo.
La primera vez que Tuti representó a Puerto Rico fue a sus catorce años, cuando se encontraba en la división sub-17 en el 2013. Esta fue la primera vez que se abría una selección femenina en esa categoría, siendo el primer partido en las eliminatorias para el mundial, celebradas en Puerto Rico y Haití. Tuti aún recuerda ese momento. Todas las jugadoras de la selección eran puertorriqueñas y se sentían en una hermandad, viviendo algo tan grande con una edad tan adolescente, que difícilmente se podrá olvidar. Lucir los colores de la isla del encanto fue un gran orgullo para ella, “saber que tienes un espacio donde puedes luchar por tu país de otra manera es algo que agradezco y respeto”, dijo.
Sin embargo, su carrera solo estaba empezando… Nunca podría imaginar que acabaría en la India.
En el año 2021, firmó para jugar profesionalmente en el equipo campeón del Gokulam Kerala FC. Fue una oportunidad de ampliar su intelecto y capacidad de absorber toda la información que llegaba a sus manos, al mismo tiempo que suponía un reto, ya que el juego es muy técnico, rápido y de mucho intercambio de balón. Jugó y reforzó el equipo de India en Jordania, en la “AFC Champions League”.
Para ella, esta experiencia de representar a otro país, con otra cultura, idioma hindi, entrenador y compañeras nuevas, fue muy enriquecedor. Apenas pisó el aeropuerto de India se encontró con un grupo de reporteros y fanáticos que la esperaban para darle la bienvenida.
En el primer entrenamiento que tuvo con el equipo Tuti comentó, “esa realización de ¡loca!, estás en India, estás jugando profesional, ¡estás aquí!”. Fue impresionante para ella ir por primera vez a un estadio donde, hasta hace poco tiempo, el acceso a las mujeres estaba prohibido Tuti comentó: “El saber que estaba en un equipo que respaldaba el fútbol femenino y las mujeres, para mí es bien importante”.
India tiene una parte del corazón de Tuti y si tuviera la posibilidad de regresar, lo haría.
Su carrera como profesión dio un cambio drástico, ya que estaba terminando sus estudios de psicología clínica y quería darle oportunidad a su lado artístico, razón por la cual se encuentra cursando una maestría en diseño gráfico. Lamentablemente sufrió una lesión del ligamento cruzado anterior el año pasado y pronto regresará a las canchas. Tuti menciona que está más fuerte que nunca y que la lesión no será el final de su carrera deportiva.
A pesar de que el fútbol es reconocido mundialmente, en Puerto Rico, no es un deporte dominante y mucho menos con un equipo femenino, que necesita más visibilidad para tener una base de aficionados y aumentar la pasión por él.
Al principio a las jugadoras no se les pagaba ningún incentivo y debían acomodarse lo mejor que podían, no se les regalaban partidos amistosos ni viajes, cuando en realidad es una falta de respeto hacia ellas. De la misma manera que se le dan los recursos necesarios al equipo masculino, lo mismo se le debe dar al femenino.
Para los partidos, el único apoyo que tienen son los familiares y amistades de las propias jugadoras.
Culturalmente en Puerto Rico el machismo se vive a diario y las mujeres en el deporte tienen que hacer el doble para ser vistas y reconocidas. Tuti mencionó que la selección femenina de fútbol de Puerto Rico puede llegar más lejos que la masculina, haciendo realidad el sueño de representar a Puerto Rico, a nivel mundial, en un futuro no muy lejano.
